HARRY HOUDINI y su código secreto.

Harry Houdini, nace en Budapest, Hungría el 24 de marzo de 1874 y fallece en  Detroit, Míchigan, Estados Unidos el 31 de octubre de 1926.
Su  verdadero nombre era Erik Weisz (cambiado después por Erich Weiss al emigrar a Estados Unidos), fue un ilusionista y escapista húngaro de origen judío. Era hijo de Mayer Samuel Weisz y Cecilia Steiner. Tenía cinco hermanos (Herman M., Nathan J., Gottfried William, Theodore "Theo" "Hardeen" y Leopold D.) y una hermana (Gladys Carrie).
Su familia se trasladó a Appleton, Wisconsin cuando él tenía 4 años de edad, debido a que su padre había sido designado rabino de una nueva congregación.
Para ayudar a su familia a superar las dificultades económicas, Erich empezó a trabajar desde muy pequeño. Cuando tenía 8 años, de edad, trabajó vendiendo periódicos y lustrando zapatos en las calles. Un día, su padre lo llevó a ver al Dr. Lynn, un mago viajero; al niño le llamó mucho la atención el arte de la actuación, y se interesó en éste. Cuando tenía 9 años, Erich y sus amigos del barrio formaron un pequeño circo, donde él actuaría por primera vez ante una audiencia el 28 de octubre de 1883 con el nombre de Ehrich, The Prince of the Air, actuando como contorsionista y trapecista.
Poco tiempo después, el joven artista se marchó de su hogar en busca de fortuna con circos y actos ambulantes. Duró alrededor de un año fuera de casa, pero regresó cuando su familia se había trasladado a Nueva York, a la edad de 13 años. Allí, el joven consiguió varios trabajos para ayudar a mantener a su familia. Utilizaba su tiempo libre para estudiar magia, y competir en varios eventos atléticos, como la natación. En ese entonces, Erich consiguió un libro llamado The Memoirs of Robert-Houdin, Ambassador, Author, and Conjuror, Written by Himself; el libro narraba las memorias del mago Jean Eugène Robert-Houdin, a quien el joven de inmediato convirtió en su ídolo. Erich Weiss decidió utilizar desde entonces el apellido del mago, añadiéndole una i al final para indicar parecido a Houdin.
Si bien empezó como trapecista en 1882, se dedicó finalmente a la magia. Aunque era profesional en todas las ramas de la magia, era conocido por sus escapismos imposibles, gracias a una gran resistencia física que adquirió con una fuerte preparación que consistía en trotar y en una fuerte rutina de natación; esta rutina física la inició desde muy temprana edad uniéndose a un club de atletismo, y continuó con ella hasta el final de sus días.
Adquirió asimismo una gran erudición en historia de la magia y llegó a acumular una formidable biblioteca especializada en la materia, que posteriormente legó a la Biblioteca del Congreso de Washington. Al morir su madre, quedó tan afectado por quienes explotaban la credulidad de la gente diciendo poder contactar con difuntos del otro mundo que consagró su vida a desenmascarar a los médiums, reproduciendo y denunciando sus trucos y publicando artículos en revistas sobre sus trucos y la psicología del engaño.
Concebía la magia como un espectáculo en sí misma y demostró gran habilidad para liberarse del interior de cajas fuertes arrojadas al mar, de camisas de fuerza colgado boca abajo de rascacielos, y de toda suerte de esposas, cuerdas, baúles cerrados con candados y cadenas de cualquier tipo.

Antes de morir, preparó una prueba definitiva contra su tan aborrecido espiritismo. Creó un código que comunicaría a su mujer si le era posible en el plazo de diez años tras su muerte. Se dice que ningún médium consiguió comunicarle el código correcto.

El final de la vida de Houdini se produjo en extrañas circunstancias. Ello, unido a su reciente lucha contra lo paranormal y un extraño reto que había planteado para después de su muerte, convirtieron el hecho de su muerte en algo tan interesante y misterioso como otros aspectos de su propia vida.
Un día de octubre de 1926, en Montreal, unos estudiantes universitarios se dirigieron a Houdini mientras descansaba tras haber terminado uno de sus espectáculos. Uno de ellos le retó a recibir unos cuantos golpes en el abdomen, para comprobar si su resistencia física era tan legendaria como se decía. El mago aceptó sin miedo. Sin embargo, antes de que pudiera prepararse adecuadamente, recibió un primer puñetazo muy fuerte de un pelirrojo llamado William Lances, el cual era la estrella de boxeo de la universidad y del que apenas se tienen datos; a éste primer golpe siguieron varios más. El mito dice que si bien Houdini aguantó el envite como un buen actor, estos golpes le generaron una rotura de apéndice que ya estaba inflamado, por lo que también se ha de aceptar la posibilidad de que simplemente recibiera los golpes y en los siguientes días su apendicitis se transformara en peritonitis.
Por su carácter, Houdini quiso seguir trabajando durante los días siguientes a pesar de padecer fuertes dolores y fiebre. Finalmente sufrió dos desmayos en una actuación y fue hospitalizado. Tras varios días luchando contra la enfermedad, pareció rendirse ante lo inevitable. Le dijo a su hermano Hardeen:
"Estoy cansado de luchar. Creo que esta cosa me va a vencer".
Houdini
En la madrugada del 31 de octubre de 1926, Houdini fallecía a sus 52 años. Los médicos emitieron un informe en el que indicaban una peritonitis como causa de la muerte. Su apéndice tal vez llevaba días inflamado antes del incidente con los estudiantes.
El entierro se realizó a los pocos días. Una multitud de dos mil personas acudió al evento, algo tan multitudinario como algunos de sus números callejeros.

Tras muchos años luchando contra lo paranormal, el mago había diseñado un reto definitivo aprovechando su propia muerte. Ideó un código secreto que compartió con su mujer, consistente en diez palabras secretas (curiosamente, extraídas de una carta de Conan Doyle). Si alguna vez contactaba a través de algún médium «desde el más allá» usaría esas palabras, de modo que Bess pudiera tener la certeza de que el contacto era genuino. Sin embargo, advirtió a su esposa que si existía alguna forma de comunicarse desde el más allá, él sin duda lo haría.
Diversos espiritistas aseguraron haber entrado en contacto con el espíritu de Houdini, especialmente uno llamado Arthur Ford, aunque su mujer nunca recibió el código secreto. Llegaron a publicar historias falseando incluso el testimonio de Bess para hacer creer que había aceptado que el código había sido revelado, pero nunca fue así.
Al cabo de diez años, su mujer celebró una última sesión, sin éxito. Apagó entonces una vela que simbólicamente había mantenido encendida junto a la fotografía de Houdini. «Diez años son suficientes para esperar por cualquier hombre», dijo. Desde entonces, es tradición entre los magos celebrar sesiones en las que se invoca al espíritu de Houdini cada 31 de octubre.

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